domingo, febrero 19, 2006

Permanente impermanencia


Ahora bien, existen distintos niveles de conciencia. El primero es un nivel animal que piensa:"lo que tengo, lo tengo yo". Por la calle se puede ver gente así: mercenarios, ladrones o asesinos. Por encima de ese nivel está el nivel infantil, donde todo es un juego superficial; en ese estado no hay conciencia ni de infinito ni de eternidad, ni de muerte ni de universo. Después hay otro nivel de conciencia adolescente donde todas las soluciones del mundo están en la pareja, en esa reducida célula del amor, y que es un nivel que la mayoría de las revistas del corazón, las historias de la televisión o el cine desarrollan. Este nivel sirve para encontrar la felicidad en la pareja y todo lo que ello conlleva. Pero si vamos más lejos se puede acceder a un nivel adulto, y ahí aparece "el otro". Aún así, existe el adulto egoísta y el adulto con conciencia social y planetaria. El primero explota a los más débiles o a los menos inteligentes, crea industrias nocivas o acapara el poder político. Es nefasto. El segundo comprende que el otro es tanto como él, que se tiene que preocupar de las catástrofes sociales y ecológicas, es decir, del mundo en que vivimos todos. Conoce la responsabilidad.

Pero por encima de todos ellos existe un nivel de conciencia cósmica donde el ser vive en el universo entero, espacio infinito, tiempo eterno, permanente impermanencia...

A. Jodorowsky


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Joel se despide y habla sobre la mujer bella que lo espera en NZ, "pero siempre les falta algo", dice, y reflexiona sobre lo fome que es la mujer bella, sobre lo tonta que le parece en, cada vez, más ocasiones "y no sólo porque nunca entiede mis chistes", y "sobre todo porque me parecía un ángel y ahora no me parece nada más que una mujer bella".

"Debe ser el idioma", opino.

"Es que no está conciente", dice al final.

Yo tampoco. Y él está borracho.

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Extrañaré



Lo


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Promesas ridículas de gente que abusa del borgoña:


-me gustaría ver el río de anguilas en los observatorios de Jaipur y Delhi.

  ...y mientras cosas así me ocurran (hablo de mi por fuerza,
pero estoy
hablando de todos los que salen a lo abierto) o
mientras me habite la certeza
de que pueden ocurrirme,
no todo está perdido porque
señora Bauchot, estimada señora Bauchot, le estoy
escribiendo sobre una raza que puebla el planeta y que
la ciencia quiere servir, pero mire usted, señora Bauchot,
su abuela fajaba a su bebé,
lo volvía una pequeña momia sollozante
porque el bebé quería moverse, jugar, tocarse el sexo,
ser feliz con su piel y sus olores y la cosquilla del aire,
y mire hoy, señora Bauchot, ya usted creció más libre,
y acaso su bebé desnudo juega ahora mismo sobre el cobertor
y el pediatra lo aprueba satisfecho, todo va bien,
señora Bauchot, sólo que el bebé sigue siendo el padre
de ese adulto que usted y la señorita Callamand definen
homo sapiens,
y lo que la ciencia le quitó al bebé la misma ciencia
lo anuda en ese hombre que lee el diario y compra libros y
quiere saber,
entonces la enumeración la clasificación de las anguilas

y el fichero de estrellas nebulosas galaxias,
vendaje de la ciencia: quieto ahí, veinticuatro,
sudoeste, proteína, isótopos marcados.
Libre el bebé y fajado el hombre, la pediatra de adultos,
Dama Ciencia abre su consultorio, hay que evitar que
el hombre se deforme por exceso de sueños, fajarle la visión,
manearle el sexo,
enseñarle a contar para que todo tenga un número.

A la par la moral y la ciencia (no se asombre, señora,
es tan frecuente) y por supuesto
la sociedad que sólo sobrevive
si sus células cumplen el programa.*











-y el anillo de moebious?
-y la nébula de la mariposa?
-VLT first light
-Paranal está elevado en un colchón de nubes.
-se irá con ellas?
-me quedaré contigo.






*J. Cortázar.